jueves, abril 12, 2007

El Arpa Lasser y los encuentros terminales


Con motivo del Festival de Santiago de Querétaro 2007, ayer presentaron a Ernesto Martínez, un músico queretano bastante bueno e innovador junto con un grupo de danza contemporanea.

El instrumento que esta vez presentó fue EL ARPA LASSER.
Yo he escuchado a Ernesto Martínez en otras ocasiones en un dueto llamado Microritmia, y debo decir que en esta agrupación, para mi gusto, ha logrado sonidos que me han maravillado.
Pero lo de anoche...
Digo, hubo momentos interesantes. El arpa, esta genial... Pero temo que anoche no logré conectarme a su música. O quizás esto sólo fue porque haciendo honor al título de la presentación: Encuentros Terminales, la sensación que me causo fue la de una cruda sin pasar por el ingerir alcohol (Cerveza, tequila o vodka que es lo que a mi me gusta tomar de vez en año).
Extraño a Microritmia y también extraño esa parte de mí que servía de vínculo para el disfrute.

La culpa y la religión

Hace unos días pasó la semana santa, y vino a mi mente lo que pensé en mi niñez cuando en la escuela, las monjas nos decían del sacrificio que hizo Dios por nosotros, dejando morir a su hijo en la cruz; o visto de otro modo, el sacrificio que Jesús hizo por la humanidad para que nuestros pecados fuesen perdonados.

La forma en que nos hacían ver el pecado, como uno de los tantos golpes y heridad que se sumaban a los que ya Jesús recibió al ser crucificado. La culpa que debemos sentir al pecar.

Y yo pensaba entonces que hubiera preferido que no diera su vida por mí, Jesús era bueno, no debía morir asi, nadie debe morir asi. Me sentía culpable por su muerte y por la forma en que murió, porque El dió la vida por TODOS nosotros (incluyéndome)

Hoy lo veo de otra forma, ahora entiendo la razón de su sacrificio y lo necesario que era para que su palabra perdurara mas allá de su existencia en la Tierra.

Sin embargo, sigo pensando que la relación entre religión y culpa es algo cruel.

La necesidad del ser humano de lacerarse por lo que hace mal, o la forma en que puede poner límites a sus acciones por medio de una conciencia tranquila, bien adaptada.

De pronto me dan ganas de explorar en otras religiones, para ver cómo se vive en ellas la culpa. O si acaso, no existe tal culpa.

Todo depende de cómo lo predican, pero sobre todo, de cómo se entiende.